Los hermanos Uranga empezaron a definir las líneas mayores de su proyecto y el tipo de toro que querían: de plaza de primera y bravo, como no podía ser de otra manera… Cuenta José Ignacio Sánchez, responsable de la ganadería: “Lo que hemos lidiado ha salido bastante bien. Ellos quisieron que el debut en corrida fuera en Azpeitia porque era su tierra… es una feria buena, a la que se desplaza mucha afición de Francia… Es una plaza de tercera, pero donde miran el toro”. Y en esta antesala chica de la Vistalegre bilbaína, la cosa salió fenomenal, con un toro de revolución, “Sombreto”, número 23, casi 700 kilos, hijo del gran Medicero, que embistió con clase y fijeza en la muleta de Leandro; y otros cinco que tampoco decepcionaron, ni mucho menos, ni a los aficionados, ni a los ganaderos. “Queremos lidiar cosas con garantías para que salgan como en Azpeitia, analiza José Ignacio Uranga. Esto implica un aumento del coste económico y de tiempo. Pero lidiaremos en sólido. Nosotros queremos hacer un toro autentico, aunque somos conscientes de que no tiene tanta facilidad para gustar entre los toreros…”